Bolsillos vacíos
Llegaste como un mesías, abriendo mares, sembrando dudas y escribiendo reglas. Fulgurante y cauteloso, con tu nado a ras de arena, decidido a domesticarme. No hubo víctimas, tampoco traiciones y mucho menos un dejo de cariño, siempre dinero con buenas intenciones, para nuestros bolsillos vacíos.